Toda
la vida buscando abstracciones y máximas, y quizás, es imposible encontrar
alguna que sea absolutamente verdad, porque siempre hay excepciones.
Escribo
y pinto y pienso porque no tengo remedio. No sé hacer otra cosa. Pero no sé por
qué no tengo otro remedio. ¿Es esto una enfermedad?
Nunca
he entendido el mundo, sé que ya jamás lo entenderé, supongo que otros seres
humanos lo habrán comprendido y entendido mejor que yo.
Unos
infravaloran, o eso dicen, los bienes de fortuna, pero siempre los van
buscando, otros los supervaloran, y siempre los están minusvalorando.
¿Cómo
conseguir fama y fortuna de forma legal y moral, cada uno según su estado, sea
religioso consagrado o se sea viudo o sea casada?
El
equilibrio entre la justa autoestima y el justo autovalor, y al mismo tiempo,
sabiendo que estas en una miríada de escaleras jerárquicas.
En
toda actividad humana, a unas personas y algunas obras, las elevan hasta el
Everest, a otras, las bajan hasta la fosa de las Malvinas.
Casi
nunca he entendido casi nada, no armonizaban lo que veía y percibía, con las
explicaciones que daban. Ese ha sido la fuente de mi observar-pensar-escribir.
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