Si
alguien habla bien o muy bien de mí, no te lo creas totalmente, sino contrasta
los hechos y los datos. Y sobretodo siempre habría que oír las dos partes. La
del otro que habla muy bien, y la mía propia.
Si
alguien habla mal o muy mal de mí, no te lo creas totalmente, sino contrasta
los hechos y los datos. Y sobretodo siempre habría que oír las dos partes. La
del otro que habla muy mal, y la mía propia.
Sea
el que habla mal o bien, muy cercano o muy lejano a ti, o que tú te fías mucho
o te fías poco, sea sangre de tu sangre o no lo sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario