Nunca
he buscado que idolatren el trabajo realizado en Cuadernos, pero una cosa es
eso y otra cosa es que no exista ni en el mundo cultural actual provincial.
Debo
aceptar la realidad debo ser el peor escritor-pensador-filósofo-artista
plástico del mundo, mi trabajo no merece ni una recensión de media página.
No
se ve el mundo igual el que tiene el
Premio Nobel de Literatura, que aquel que lleva 40 años y no ha sido capaz que
le publiquen un libro una editorial.
Intentas,
has intentado buscar esencias de la realidad, de cosas, del mundo desde un
rincón y desde tu sillón. Y debe ser que no has encontrado nada…
“Qué
puede decir/ un poeta fracasado/ a sí mismo/ qué cantar puede hacer/ tronar a
otros/ qué sombra de árbol/ endulzará sus sienes/ perdidas en sí”.
¿Hemos
matado y olvidado siglos de pensamiento filosófico por atarnos a modas últimas
que no tenían suficiente racionalidad y argumentación?
Existen
cosas de bien y cosas de mal, existen afectos y emociones buenas y menos buenas
y malas, existen palabras buenas y malas.
No
me gustan los juegos de palabras, ni los juegos de conceptos o ideas. Deseo que
las palabras y los conceptos armonicen con la realidad.
Solo
tenemos como individuos la humanidad y la dignidad de ser humanos no las
destruyamos.
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