No
niego, ni me meto en el problema de la industria cultural, sea buena o mala o
necesaria o no, pero al menos, tendría que existir otros canales, para otra
literatura y otra filosofía y otro arte plástico, que no fuese la del mercado
de la industria cultural. Hoy Internet lo permitiría. La universidad debería
incentivarlo.
¿Si
la obra de arte se convierte en mercancía, especulación por las grandes
inversores, y la obra literaria, según el gran pública y la gran venta, qué
sucedería lo mismo, si aplicásemos los mismos criterios a la física teórica o a
la matemática de investigación…?
¿Quizás,
hoy, el arte, en gran parte se haya convertido en otro producto de inversión
económica, y por eso tiene tanta importancia, un producto para cristalizar el
dinero y descristalizarlo, el dinero convertirlo en mercancía y la mercancía
artística después en dinero?
No
sé si el gran arte, la gran filosofía, el gran pensamiento, la gran literatura
en cierto modo ha muerto o está muriendo. Es igual, que si la gran matemática
solo se publicase la que entendiese la generalidad del público. ¿Qué
sucedería…?
He
fracasado como escritor-pensador-filósofo-artista plástico. Y por tanto, sé que
el trabajo realizado, ya en parte se habrá perdido o destruido y el que no lo
esté, lo estará dentro de unas décadas. Solo puede que quede dentro de cincuenta
años, el uno por ciento, es decir, nada. Una pared medio rota de todo un
palacio…
Soy
un escritor-pensador-filósofo-artista plástico que mis coetáneos no les
interesa nada o casi nada la producción cultural que he realizado. Esta es la
realidad y esta es la verdad. No es victimismo, es la realidad. No puedo
engañar, ni engañarme. He fracasado con la obra Cuadernos o Enciclopedia.
La
cuestión de la mujer y sus derechos es fácil. El hombre o los hombres tienen un
derecho equis, la mujer también tiene derecho a ese derecho equis, los hombres
tienen cien derechos, pues las mujeres también tienen cien derechos. Y lo mismo
en las obligaciones, con pequeñas diferencias de naturaleza, no de cultura.
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