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martes, 18 de junio de 2024

Artículo Periodístico 629º: “De las sequedades, noches, obscuridades, desalientos psico-morales-espirituales”.

                         Artículo Periodístico 629º: “De las sequedades, noches, obscuridades, desalientos psico-morales-espirituales”[1].           

                        0. Todo el mundo habla del bienestar y de los placeres en todos los sentidos: físico, biológicos, psicológicos, morales, espirituales, pero pocos hablan de los desalientos, noches del sentido, noches del espíritu, obscuridades, depresiones morales, psicológicas, psico-morales, etc.

                        1. Aunque es evidente que este tema o cuestión supera mis entendederas, conocimiento, experiencia creo que como muy pocas personas lo hacen, al menos, debo intentar dar algunas líneas o algunas matizaciones o algunos enunciados que quizás pueda a usted servirle, porque al final, todo el mundo pasa noches, noches de todos los tipos:

                        - Lo primero no tome estas frases e ideas y preguntas y cuestiones como de una enorme sabiduría y conocimiento de estos temas, sino como alguien que como usted reflexiona sobre multitud de temas psico-morales, psicoéticos espirituales, psicoafectivos morales, etc.

                        - Saber distinguir si una sequedad, sea de tipo moral, sea de tipo psicológico, sea de tipo espiritual, sea un combinado de todos esos aspectos y además relacionados con temas concretos externos o internos. Distinguir esta cuestión es bastante difícil. Especialmente quién está sufriendo esa situación de “negatividad hacia ti mismo o hacia los demás, de no ver luz al final del túnel”.

                        - Cuando la “noche negra” llega, sean por motivos externos o internos, sean por motivos morales, físicos, biológicos, psicológicos, espirituales, materiales, sociales, culturales o una combinación de todos. Y que esa noche no te deja ni casi respirar, aunque hay distintos modelos y escalas en todo esa escalera de sentimientos-afectos-ideas-recuerdos.

                        Cuando el ser humano, sea anciano o anciana, niño o niña, adolescente o joven, hombre o mujer se siente frente al espejo del abismo, en mayor o menor grado, frente al desierto de la noche y del pozo y del laberinto más profundo. Cuándo ya el cuerpo le dice a la mente, y el cuerpo y la mente al alma, no puedo más, no camino más… Que ni siquiera se atreve a contárselo a los cercanos, o utiliza frases más débiles, pero los de al lado apenas lo entienden o lo comprenden, o él o ella misma cree que así es…

                        Cuándo se siente una persona total y casi absolutamente fracasado o fracasada, que ha tenido algunos éxitos de la existencia o en la vida, pero que todo ha costado demasiado, que quizás haya sido silenciado y marginado y ninguneado por unos y por otros, y que solo ha alcanzado las migajas, que después de esforzarse y trabajar y estudiar hasta la extenuación apenas recoge unas gotas de agua de la fuente. Que después posiblemente de haber llevado una vida moral y legal lo más acorde con la legalidad y la moralidad, e incluso en muchos aspectos de la espiritualidad. Después de haber sido pisado por unos y por otros, después de haber realizado enormes sacrificios, encima es el malo de la película, encima es el que hay que dejar abandonado o tirado, por unos y por otros, por cercanos y por medianos y por lejanos…

                        - Cuándo llega ese día, y no son días, pueden ser semanas, meses, años. Entonces ese ser humano, hombre o mujer, niño o niña, adolescente o joven, anciano o anciana se le caen todos los parámetros conceptuales y existenciales y vivenciales y de todo tipo… ya no sabe dónde sus brazos y dedos abrazar, no encuentra casi “ni el clavo ardiendo…”.

                        Y esas sequedades pueden ser existenciales y vivenciales y afectivas y morales y espirituales en sentido estricto, además de económicas o materiales o sociales o culturales o… o, una combinación de varios campos de todo ello…

                        Parece como en la profunda noche más obscura de Juan de Yepes, que hasta Dios te ha abandonado, aunque sepas en lo más interior, que no es así, que pensar eso es una enorme injusticia y una enorme blasfemia ante el Ser Supremo, y rechazas evidentemente ese pensamiento.

                        - Analizar si las causas o motivos de esa noche o esas esterilidades o sequedades o angustia o depresión eres tu mismo la causa, o son los otros, o son las circunstancias… Piensa todas las personas que han pasado por campos de concentración y han sido capaz de salir adelante, los millones de personas que han pasado por situaciones tan grave como la tuya y han salido adelante… Piensa si ellos y ellas pudieron tú también…

                        - Vivimos en un tiempo que tantas personas han rechazado una mínima moralidad, y una mínima ética y espiritualidad correcta. Y creen que se han liberado de todo, y que son más libres y más autónomos, cuándo no se dan cuenta que entonces se atan más y más a más ataduras negativas de todo tipo. Al abandonar la espada y el escudo de la moralidad correcta y de una espiritualidad correcta, lanzas al hombre y a la mujer a un mundo despiadado, con enormes problemas, lo envías desnudo a la realidad…

                        En cierto modo las grandes mentes filosóficas y científicas sociales que han hecho que el ser humano abandone una moralidad correcta aprobada y experimentada por siglos, y una mínima religiosidad evolucionada durante siglos, ha hecho sin saberlo, lanzar a cientos de millones de seres humanos que vayan a la lucha de la vida inermes, sin coraza, sin escudo, sin lanza, sin espada. En definitiva, la mayoría serán y seremos pasto de la amoralidad y de la espiritualidad correcta mínima, en definitiva, la mayoría estamos condenados a ser carne de cañón de una moralidad incorrecta y de una espiritualidad incorrectas.

                        - De todas maneras hay personas que tienen más a goces sensuales o materiales y otras más a goces intelectuales o psicológicos, otros a goces afectivos o sentimentales, aquellos otros a goces espirituales, en sentido estricto… Pero todos, por diversas razones, se terminan acabando, sea por crecimiento, sea por cambios psicológicos del individuo, sea por cuestiones materiales o existenciales o vivenciales…

                        - Debes pensar si no tienes un equilibrio y armonía según tu estado de vida (casado, viuda, joven, célibe…) entre los goces sensuales que deseas y materializas, y los goces psicoafectivos y los goces espirítales en sentido estricto y los goces sociales-culturales… Es decir, que no tienes suficiente armonía entre ellos, te has centrado en unos, y no en los otros, o no das a cada tipo de goces el valor que tienen…

                        - ¿Quizás mucha angustia y sufrimiento y pena y desaliento que sufrimos es porque no hemos llevado una vida lo suficientemente racional y moral, a y en todos los sentidos…? ¿No hacer grandes cosas, sino lo que se hace según los deberes y derechos de estado, sean según la legalidad jurídica de tu sociedad, la moral-ética mínima de tu sociedad o más justa o más verdadera, y una mínima religiosidad-espiritualidad…? ¿Y al no hacer los mandatos convenientes, nos vienen y devienen muchos errores, o mejor dicho en cumplir una serie de normas y otras no…? ¿Puedes ser perfecto en casi todo, pero sufres de una lengua muy libre, y criticas a todo el mundo, por lo cual, de ahí te vendrán males a ti y tú producirás males a otros…, aunque en lo demás seas muy perfecto?

                        - Examina tus pensamientos y deseos y emociones y actos con racionalidad, sentido común, con prudencia, sin acritud, sin venganza hacia ti mismo, sino con consuelo de ti mismo, viendo tus faltas y tus errores, pero también sin angustia. Solucionar problemas del pasado, para no volver a realizar, intentar evitar no caer en nuevos errores…

                        - Pero eso no quita que personas, sin ser perfectas, que llevan toda la vida, intentando seguir normas morales correctas, normas espirituales correctas según su tradición cultural-religiosa, siguiendo las normas legales, caen en la angustia y en la pena, porque ven, entre otras cosas, que no les salen bien las cosas, si no todas muchas, que otros con menos intentos de hacer bien las cosas, parece que tienen más éxito, que otras personas con graves errores, son tratados mejor por los cercanos y los lejanos. En definitiva, variedades del problema o del dilema de Job. Y entonces estas personas caen en la melancolía, en la tristeza, en el agotamiento, en el sentirse fracasados en casi todos, en la angustia, en la depresión en mayor o menor grado, consigo mismos y en relación a los demás, e incluso a no entender los planes de Dios, y esto no se tome como blasfemia.

                        - En la tentación esperanza, en la desesperación y melancolía esperanza, en la tristeza esperanza, en la noche obscura esperanza. En todo esperanza, saber que no hay mal que dure mil años, ni noche que no tenga al final, un clarear o la luz.

                        2. Para terminar es posible que usted se rasgue las vestiduras, por algunos planteamientos, pero quizás usted debería reflexionar seria y profundamente en estos temas y en estas cuestiones. Quizás debamos conocimientos que las ciencias sociales, la filosofía, las artse, las culturas nos proporcionan ante este tema y ante todos. Quizás hemos abandonado enseguida, por la atracciones de placeres de una clase o de otra, una mínima moral correcta o una mínima religiosidad-espiritualidad correctas.           

            http://youtube.com/jmm caminero     © jmm caminero (20 agosto-03 septiembre 2016 cr).

Fin artículo 629º: “De las sequedades, noches, obscuridades, desalientos psico-morales-espirituales”.       

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[1] El Día Digital.es, 03 sept. 16. E. y P.

Xornal de Galicia.es, 03 sept. 16. E. y P.

La Verdad de Ceuta.com, 03 sept. 16. E. y P.

El DigitalSur.com, 03 sept. 16. 05 sept. 16.