Artículo Periodístico 620º: “No es lo mismo predicar que dar trigo”[1].
0. ¿Derechos
Humanos-Economía o no es lo mismo predicar que dar trigo? ¿Olvidamos el
principio marxiano de que la superestructura depende de la infraestructura y de
la infraestructura económica? ¿O en algunas de sus derivaciones una gran parte
de los derechos humanos de la población o el Estado del Bienestar no se podrá
sostener si la economía no funciona de forma racional, eficiente, suficiente,
competitiva…? ¿O el Estado del bienestar, máxima concepción de los Derechos
Humanos no es posible sin una economía eficiente y competitiva y real…?
1. ¿Nos encontramos en
el mundo de hoy, con una paradoja o una contradicción o una contrariedad, en
términos y en la práctica…? ¿Hay ideologías o grupos sociopolíticos, que por un
lado, predican una serie de derechos humanos, o el incremento de determinados
derechos humanos y derechos sociales, pero por otro lado, parece que ponen
restricciones al desarrollo económico…?
¿O sucede que
determinados grupos ideológicos o sociopolítico preconizan por un lado una
serie de cambios sociopolíticos y socioideológicos y socioeconómicos, que en el
pasado y el presente, en las sociedades que se han establecido, en mayor o en
menor grado, no han funcionado, y la economía en pocos años ha descendido de
nivel y de cantidad y de calidad, y por consecuencia los derechos humanos y
derechos humanos sociales de esas poblaciones, en teoría o. y en la práctica han descendido…?
¿Por tanto estamos
viviendo en una contradicción, cayendo en una serie de principios demagógicos,
utilizando los maquiavelismos actuales, hoy digo una cosa, mañana digo otra,
pero siempre lo que diga que sea propicio para los oídos de personas y
colectivos que están pasando por una situación económica y social y familiar
enormemente grave…?
2.
Mantener todo derecho humano, no solo tiene que existir una voluntad política o
una voluntad general del pueblo que admite ese derecho. Sino que tiene que
existir al mismo tiempo una partida presupuestaria, un dinero, que se devenga
de la sociedad y del pueblo, vía legal, pero vía de impuestos para mantenerlo.
Olvidar esto es no
querer ver la mínima realidad, y caer en buenos voluntarismos, que no son
suficientes, ni eficientes, ni racionales, ni prácticos.
Cada “derecho”, que
puede ser la participación de un Derecho Superior o Derecho Humano o Derecho
Natural o ser en sí mismo un Derecho Humano tiene al menos un coste doble: la
voluntad política de admitirlo y aplicarlo, y en segundo lugar, de mantenerlo o
pagarlo. Lo contrario es un brindis al sol.
Esto se olvida todos los
días. Que todo ciudadano tenga derecho a defensa jurídica gratuita en
determinados delitos y en determinados juicios, por parte de la sociedad-Estado,
este derecho, por citar uno de los más antiguos aprobados ya hace varios
siglos, lleva implícito una voluntad política, que el ciudadano tiene derecho a
este derecho, y un coste económico, de infraestructura, de sistema jurídico, de
abogados, etc.
3. ¿Un esquema o ideal
sociopolítico y socioeconómico sobre el papel puede ser el mejor, pero luego en
la práctica no ser tan bueno, porque en la práctica existe lo que se denomina
sociedad civil, y la sociedad civil está formado por millones de individuos,
docenas de miles de grupos, cientos de intereses o polarizaciones de
intereses…, por lo cual, en ese juego enorme de ajedrez que es la sociedad y
sus derivados la política y la economía, cada uno juega como quiere y como
quiera, dentro de las leyes, y muchas veces, en un terreno vacío o alegal…?
¿Pongamos un caso, usted
o yo o el vecino puede pensar que “es necesario obtener más impuestos de una
franja de la población que es la más rica”? ¿Pero sucede que esa franja de la
población ya paga un cuarenta por ciento de impuestos por rentas o por
plusvalías profesionales…? ¿Y a usted en su gran pensamiento sociopolítico
sobre el papel, se dice a sí mismo y convence a los demás, o parte de su sector
votante, que con eso va a obtener cincuenta mil millones de euros, aumentando
un tanto por ciento a esa franja de la población que es el dos por ciento…?
¿Pero ahora sucede que
la realidad de la sociedad civil, es decir esa misma franja de ciudadanos, se
dice a sí misma, yo ya pago casi el cuarenta por ciento, por lo tanto, no creo
que pueda, ni deba pagar más…? ¿Y en tres meses, parte de sus dineros
legalmente los saca del país, o su industria o fábrica digamos que tiene dos o
tres sedes, pone la principal fuera del país, o su empresa principal la sitúa
en algunos de los lugares que conviene fuera o dentro de Europa por cuestiones
de impuestos o leyes, o…?
¿Y qué sucede que ese
esquema sociopolítico que era tan perfecto sobre el papel, lo que sucede es que
no solo “no obtiene cincuenta mil millones más de impuestos”, sino que obtiene
treinta mil menos, por poner un ejemplo, porque las palomas se marchan del
redil del territorio de ese Estado, o se marchan jurídicamente o con algún
artilugio legal o jurídico permitido en Europa…? ¿Y no solo al final obtiene
más impuestos sino obtiene menos, no solo obtiene más inversiones de fuera,
sino menos, y al final, todo al “carajo”?
4. ¿Por otro lado, no
queremos comprender la realidad, y la realidad es que el mundo se ha
globalizado o mundializado, por lo cual, se puede crear una fábrica a siete mil
o cinco mil kilómetros de distancia y vender los productos aquí en Europa…? ¿Y
esas fábricas pueden hacer cualquier tipo de producto, millones de tipos o
clases, a miles de millones de cantidad…? ¿Pero los sueldos de los productores,
tanto de bajo nivel o de medio nivel, no sobrepasan los cincuenta o cien euros
al mes…?
¿Lo
repito poniendo un ejemplo, que parece que no nos enteramos, usted produce
cordones de zapatos aquí en Europa o aquí en la Península Ibérica, aquí tiene
cien empleados y tres sedes o tres fábricas repartidas, pero usted aquí cada
cordón le sale un coste de un euro, precio imaginario, pero para que se
entienda, entre costes laborales, impuestos directos e indirectos, coste de
todo tipo, etc., y ahora a usted se le ofrece la posibilidad de fabricar los
mismos cordones a siete mil kilómetros pero con un coste de 0,10 cms. de euro,
y traerlos aquí, se le pone a 0,20 céntimos de euro…? ¿Qué hará o haría usted,
si usted fuese el empresario de los cordones, usted de verdad que es de carne y
hueso…?
¿Ahora toda o gran parte
de la industria de Europa, cómo va a poder soportar la competencia de esos
precios y de esos productos…?
¿Y la gran cuestión, si
Marx lleva razón, si los derechos humanos, la superestructura ideológica de
derechos y en otros órdenes de la realidad depende de la infraestructura
económica? ¿Cómo se van a poder mantener o pagar los derechos humanos, sin una
infraestructura económica suficiente, es decir, que pueda mantener el gasto de
hospitales, de pensiones, de bajas laborales, del sistema jurídicos, del
sistema de la defensa, y cien cosas más que nos permiten tener un Estado del
Bienestar, que en definitiva es la aplicación práctica de multitud de derechos
humanos basados en una economía productiva y competitiva a nivel mundial…?
¿Por otro lado si un
Estado que lleva siglos siendo Estado se divide en tres o cuatro Estados, como
algunos colectivos postulan, como cada Estado va a ser capaz, de mantener el
Estado de bienestar, si divididos aún se harán más débiles y parte de los
nuevos Estados con menos soberanía real y teórica y práctica? ¿Y por
consecuencia con menos derechos sociales y menos Estado de bienestar, porque no
podrá mantenerlo, ni siquiera el actual…? ¿Y algunos de los que preconizan
nuevos derechos humanos o nuevos derechos sociales o el estado del bienestar,
cómo preconizan la “secesión del Estado, en tres o cuatro Estados”?
¿La solución, la otra
solución sociopolítica, es que el Estado asuma la gran industria y en parte la
media industria, pero esta respuesta la hemos vivido en el siglo veinte, en
medio mundo y al final, ha sido no competitiva, nefasta económicamente o al
menos, en casi todos los parámetros económicos…? ¿Al final, los ciudadanos han
tenido menos derechos humanos teóricos, y menos derechos humanos en la
práctica…? ¿Recordar, sea cierto o sea falsa la anécdota, cuando el máximo
dirigente de un macropaís, casi un continente-país en el que la industria era
de titularidad pública, fue a Estados Unidos y vio grandes coches aparcados en
un edificio o institución que visitaba, preguntó estos coches serán de los
ricos y de los jefes…? ¿Y le contestaron que eran de los obreros…! ¡Y parece
ser, de ser cierta la anécdota que palideció…!
5. ¿La cuestión profunda
de todo, es cual sistema ideológico sociopolítico y socioeconómico, en este
momento, sin negar que se pueda ir perfeccionando, protege más y mejor los
derechos humanos, pero al mismo tiempo es capaz de “mantenerlos y de pagarlos”?
¿O dicho de otro modo, cual sistema económico es el más apropiado para mantener
de facto y de hecho, para poder pagar y por tanto sean efectivos y reales los
derechos humanos…?
¿O
mejor dicho, de otra manera, sistemas ideológicos o sociopolíticos parecen que
predican repartir mucho trigo, pero luego a la hora de la verdad no pueden
repartir tanto cereal, porque no lo han sembrado, ni cosechado, porque para
hacer mucho pan antes hay que tener mucha cosecha de granos, y después
repartirlo…?
¿¡No
es lo mismo predicar que dar trigo….!?
http://youtube.com/jmm caminero ©
jmm caminero (10 julio-26 agosto 2016 cr).
Fin artículo 620º:
“No es lo mismo predicar que dar trigo”.
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