Casi
siempre me callo a casi todo. Por mucho que he escrito y he pintado. Y ha sido
mucho. He intentado no echar bilis al mundo.
Cada
uno escribe o piensa o pinta como puede. Qué le voy a criticar yo. No todo me
gusta de lo que yo hago, tampoco de los demás. Pero me callo.
Usted
se cree mejor que yo, se cree más sabio que yo. Pues le doy la enhorabuena que
sea tan sabio y tan culto y tan buena persona.
Si
usted cree que tal idea mía, está errada o equivocada, permítame que le
indique, que por tener una idea falsa no debe meterme en el infierno.
Usted
dice, que yo me comporté mal en tal cuestión, ha preguntado a mí, y yo le he
dicho lo que pienso. Sí o no.
Nunca
he deseado tener adversarios, nunca, no soy mejor que usted, pero es verdad, ni
menos aún enemigos. No busque usted en mi un adversario.
No
sé el tiempo de existencia que me queda, quizás meses o años o unos lustros.
Pero no mucho más. No tengo tiempo de buscar adversarios.
Si
yo me equivoco en alguna idea o hecho o dato, tengan piedad de mí y
misericordia, soy limitado. Eso intento hacer con los demás.
Siempre
he intentando construir, no destruir, ni siquiera en el terreno de las artes,
palabras, ideas. Si critico alguna idea de alguien, lo hago con pesar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario