Me
dicen, al negarme cualquier presencia de Cuadernos o Enciclopedia en la vida
cultural de mi sociedad, me dicen que no tiene valor… Pero…
Sé
que mis escritos y pinturas, según ustedes no tienen ningún valor. Pero entonces
quizás sus ideas o actos, aunque no los escriban tampoco lo tengan…
Las
circunstancias y los errores propios míos y de otros, me pueden no permitir dar
clase, pero nadie me puede prohibir pensar-escribir-filosofar-pintar.
No
vengan a mis escritos pensando que les voy a aclarar la complejidad de la
existencia, porque yo tampoco sé entender el mundo, ni los humanes…
Hacemos
cosas, pensamos cosas, deseamos cosas, hablamos cosas, pero lo hacemos según el
saber ortodoxo y la moral correcta y la racionalidad adecuada.
¿Entre
las debilidades humanas, de actos y deseos y pasiones desordenadas, y entre los
errores teóricos sobre esos actos, nos equivocamos muchas veces?
Todo el mundo alaba a los obreros y
a los proletarios, pero después no quieren tomar con ellos una caña…
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