Este
#twitter, es ya como un libro, que posiblemente tenga ya casi mil páginas de un
libro tradicional. Si se juntan los nueve mil tuits o aforismos o frases que se
han escrito.
Soy
el peor escritor del mundo, el peor pensador del mundo, el peor filósofo del
mundo, el peor artista plástico del mundo. No merecen que mi trabajo cultural
esté en ningún sitio o lugar, ni tenga una antología, ni en una revista, ni una
pequeña edición de cien páginas, ni…
Quizás,
usted que tantas puertas me ha cerrado, usted y el otro y el de más allá,
quizás usted alguna vez averigüe que quizás alguna idea que yo he escrito, le
sirva a su hijo o nieto o quizás alguna idea que haya escrito para evitar de
tráfico le salve la vida a su nieta.
Tendré
mis defectos e imperfecciones, pero pienso en el bien social y general y común,
además del mío. Es decir, pienso en el bien de usted, y usted lleva años y
lustros cerrándome las puertas, con una excusa y otra.
Hágase
usted la pregunta, por qué este #Twitter tiene dieciocho seguidores, y el de
cualquier cantante tiene cien mil… Por muy malo que sea como escritor y
observador y pensador, algo bueno diré…
No
escribo, ni publico, ni pienso para hacerle perder a usted su tiempo, ni por
vanidad y soberbia mía, sino para buscar verdades y preguntas y bondades. Y de
paso quizás a usted le sirva algún matiz de alguna frase que lea en estos
escritos…
Si
existe Dios, el ser humano tiene obligación y derecho amarlo, si existe
posibilidad de que exista, el ser humano tiene la obligación de buscarlo…
Un
sacerdote o presbítero católico que lleve treinta años de sacerdocio, habrá
celebrado al menos diez mil misas. No es tiempo suficiente para haber llegado a
un alto grado de perfección y de santidad. ¿Y por qué no ha llegado…?
Ya
que ninguna editorial me publica, ninguna editorial privada o institucional o
pública o semiinstitucional, puedo todavía publicar por Internet. Publicar es
hacer público, simple y sencillamente.
Se
necesita también asepsia moral, igual que sanitaria, es decir, se necesita
salud física, salud psíquica, salud material o suficiente economía, salud moral
y salud espiritual, y eso permite que exista también salud social y salud
política.
Nadie
es malo en todo, ni es malo con todo, ni es malo en todos los temas. Somos una
mezcla de maldad y bondad, ciertamente, en distinto grado…
Siempre
he visto el mismo patrón, el mal que un individuo hace, o no acepta que es un
mal, o dice que es su derecho o su libertad o su voluntad, o su personalidad…
o, más que hay que soportarlo como es, genio y figura y maldad hasta la
sepultura.
Que
la maldad del otro, no te contagie a ti, que su maldad, no te lleve a ti, a
hacer la maldad. Que tu maldad no se transmita al otro, que tu maldad no le
cause mal al otro.
Alégrate
del bien que tiene el otro, lamenta el mal que sufre el otro.
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