No
soy superior a usted, no soy inferior a usted, usted tendrá unos valores y yo
tendré otros, usted tendrá verdades y errores y falsedades, y yo también. Por
tanto, aprendamos usted de mí y yo de usted.
Es
triste, que demasiados libros, se analizan y critican cuándo el autor ha
fallecido, porque ya el autor no puede aprender de los demás…
Escribo
no para enseñar, sino para pensar y para aprender de otros…
Es
de agradecer, yo como modesto escritor, que alguien, libremente, con respeto,
me dé su opinión, y me indique si está de acuerdo o en desacuerdo, pero utilizando
razones y datos y argumentos. Así, ambos saldremos ganando, así ambos
aprenderemos de ambos y de todos.
Siempre
he creído que ninguna palabra o frase o enunciado, hablado o escrito debe
incentivar el odio, la inquina, el rencor, la maledicencia, la confrontación.
Cada uno, modestamente debe exponer sus ideas y conceptos, dar argumentos y
esperar que los demás, aporten sus razones a favor o en contra con respeto.
Todo
el mundo es consciente, de que no todo el mundo sabe de matemáticas, de
medicina, de astronomía, pero todo el mundo cree que sabe de letras y de
literatura y de filosofía y de la enseñanza y de política y de futbol…
No
me pagan nada, por yo observar, escribir, pensar, y menos aún por exponerlo en
público. Es decir, publicarla, sea en papel, sea en internet, sea en
periódicos. Por tanto, creo que aunque esté en el error, creo que merezco su
respeto. Aunque usted tenga la verdad y yo el error.
Usted
hipotético lector de mi escritura, no le parece correcto, una idea o sugerencia
o dato que yo expongo. Yo le agradecería que dijese razones por qué no está de
acuerdo. Y así, yo aprendo de usted, deseo aprender de usted. Usted ofrezca su
solución con respeto y yo le agradeceré.
Usted
piensa equis, y yo pienso zeta. Usted ofrezca sus razones y datos y yo los
míos. Y entre todos, quizás, poco a poco, seamos capaces de ir viendo la verdad
y la bondad de la verdad, y la verdad de la bondad…
El
siglo de oro de la literatura española, supongo igual en otras, es triste, los
grandes genios de las letras, casi todos peleándose entre ellos, insultándose
entre ellos, haciéndose mal entre ellos. Salvo excepciones. Es una conducta
inmoral e improcedente y… Lo peor es que de alguna manera continúa.
Me
parece un espectáculo bochornoso que un artículo de opinión sirva para que
personas discutan-riñan entre ellas. Pienso que un sujeto ofrece su opinión con
respeto, con argumentos, y otro, aporta su solución, con argumentos. Y ya está.