Artículo Periodístico 460º: “Adultos vestidos de bebé”[1].
0.
Se denomina a este comportamiento: infantilismo parafílico o autonepiofilia o
Adulto Baby o amantes de pañales se caracteriza por adultos que desean vivir
como bebés o, incluso algunos llevar pañales.
1.
Hay que decir, lo primero que esta forma de actuación es una realidad que se
produce excepcionalmente, es decir, ni siquiera es una moda, aunque es cierto
que existe una industria que surte de elementos de bebé para adultos. Una
industria muy minoritaria, pero industria.
Este es uno de los temas, hay que
indicarlo que me disgustan, pero como articulista si tenemos que hacer
referencia del mundo de la realidad, tenemos que analizar no solo las grandes
líneas y fenómenos sociales o antropológicos o políticos, sino también las
excepciones. Por supuesto no soy un especialista ni en este tema, ni en temas
conexos como la psicología o psiquiatría, pero a mi modesto entender esto huele
a trastorno o disfunción de la personalidad, sea un tipo de neurosis o sea de
otro tipo. Pero uno creía que ya conocía todos los “trastornos, disfunciones,
desviaciones psicológicas y psiquiátricas” o como se quieran indicar, dicho con
todo respeto, y uno de vez en cuando se sorprende con nuevos fenómenos.
Ciertamente con una tasa de población mínima o micromínima hasta dónde sabemos…
-
Hay que indicar que hasta dónde se sabe no sienten atracción sexual hacia los
niños o niñas. Se indica que la mayoría de las personas que se comportan así
son varones heterosexuales.
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Algunos indican que es un infantilismo llevado a extremos. O incluso que
responde a traumas de la infancia que el adulto no ha superado. Otros, indican
que podría ser una forma de compensación psicológica, llevar una vida de
adultos, pero después tenerse que equilibrar algunos minutos u horas vestidos
de ese modo, en su lugar íntimo. Algunos indican que tiene una connotación
sexual clara y evidente, etc. De todas las explicaciones tendremos que esperar,
primero saber cuánta cuantificación puede existir en el mundo, en segundo
lugar, qué clases y tipos, y en tercer lugar, los especialistas en el
comportamiento humano, psicólogos y psiquiatras, y en menor medida, otros
especialistas en otras ciencias sociales y biomédicas, nos indiquen y nos
ofrezcan los conceptos y las pautas y los tratamientos y terapias, si es que se
necesitan.
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En las redes sociales se muestra un caso de una persona adulta que lleva
vestido y viviendo como un bebé cerca de veinte años. Pero viviendo y
existiendo, al menos, eso da a entender las informaciones que disponemos, todo
el día. Suponiendo que este dato sea verdad y sea cierto, es una excepción de
excepción, pero desde luego habría que preguntarse en este caso, qué hacen o
qué dicen su entorno, y qué han hecho o si lo han llevado a consultas
especializadas. Porque desde luego una persona en estas condiciones, no puede
llevar una vida rutinaria o normal o mínima, según la media de la población, es
decir, salir a la calle, tener un trabajo, tener tiempo de ocio, tomar un café
en un bar, ir de vacaciones, etc.
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Puede resultar gracioso para algunas personas, que existan, aunque sean
personas, aunque sean muy pocas en el mundo que les guste, en determinados
momentos de sus días, ir vestido de pijamas de bebés, con chupetes de bebé
tamaño adulto, ropa de bebé en tamaño adulto, pañales tamaño adulto sin
necesidad terapéutica, gorros de bebé para adultos, biberones tamaño
gigantesco, cunas de bebé tamaño gigantesco o adulto… pero suponemos en buena
lógica y racionalidad, que esas personas están sufriendo, por decirlo de forma
suave por dentro, y suponemos con una lógica racional mínima que sus entornos
familiares también, y suponemos que si han formado una familia, con hijos o sin
ellos, será para el conyugue y los hijos, si los tienen, un motivo problemático
y de sufrimiento…
-
Otra cosa que no tiene que ver con esto son “bebés vestido de adultos”, que
también están difundiendo imágenes en la red. Suponemos que estos son pocos
casos. Pero desde luego, esperamos que esta moda, porque suponemos es un
principio de moda no se extienda. Aquí habría que plantearse la salud
psicológica y moral de los adultos que visten a sus hijos bebés, aunque sea por
unos momentos, de traje y corbata, y además los difunden en las redes sociales.
Habría que hacerles entres otras preguntas, ¿qué pensará sus hijos cuando sean
adultos de dichas fotografías, y qué pensarán de ellos mismos, y qué pensarán
de sus familiares, y qué pensarán sus amigos o amigas adolescentes de ellos?
Este tema, posiblemente dentro de unos meses lo abordaré más concretamente en
otro artículo.
2.
Sin desear ofender a nadie, sea persona individual, sea colectivo aunque sea
minoritario o colectivo excepcional en su excepcionalidad, si creo que hay que
hacerse algunas preguntas:
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Los especialistas en comportamiento tendrán que abordar dicha cuestión y que
planteen las pautas de concepción y de respuesta que hay que otorgar a este
fenómeno.
Suponemos
que igual que hay lo que se llama enfermedades biológicas raras, es decir, que
afecta cada tipo de estas enfermedades a unas docenas de personas en el mundo,
o unos cientos, y existen unas siete mil catalogadas, debidas a factores
genéticos o a otros tipos de variables, tenemos que indicar o hacernos la
pregunta, si podría conceptualizarse el concepto de “trastorno o enfermedad
psicológica rara o excepcional”, es decir, trastornos o disfunciones o neurosis
psicológicas y de comportamiento que afectan a un número de personas muy
pequeño… Pero evidentemente no soy yo, la persona especializada en estos temas…
-
También habría que plantearse que en siete mil millones de personas que
habitamos en estos momentos este planeta, se pueden dar, en cualquier campo que
imaginemos o pensemos una especie de “distintos modo de pensar o de actuar o de
sentir o de querer o de utilizar la libertad humana…”. La mayoría pueden ser
buenos para los individuos y para la sociedad, es decir, un inventor que
invente un nuevo artilugio, sirva o no sirva después, se comercialice o no, es
una actividad que puede ser beneficiosa para la sociedad y para la humanidad…,
pero no creemos que multitud de otros comportamientos sean buenos o positivos,
para el individuo que los sufre, en mayor o menor medida, y desde luego,
tampoco para su entorno familiar, y tampoco para la sociedad, en mayor o menor
medida. Incluso admitiendo que sea “ese comportamiento el último dique” para
que esa persona no caiga en un pozo más profundo… Otra cosa diferentes es que
la sociedad por mil motivos y mil razones tolera comportamientos que incluso la
misma sociedad cree que son dañinos o perjudiciales para individuos…
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Hay que plantearse seriamente si la sociedad, en general, y nadie se sienta
ofendido, ha perdido el norte a nivel moral y espiritual. O dicho de otro modo
ha caído en decadencia a nivel moral, no decimos todos los individuos o
personas, ni todos los colectivos o grupos, pero si todas las sociedades en
mayor o menor medida. Unos individuos o colectivos o sociedades caemos en unos
errores, errores morales y éticos, y otros caemos en otros. Así de ese modo, yo
tengo un defecto o error moral importante y capital, sea el que sea, y el
vecino tiene otro diferente, y el de más allá otro… pero ninguno los
reconocemos como errores… Y esto que puede parecer que entra en el campo de la
autonomía personal e individual y en la libertad personal, lo único que produce
es aumentar el sufrimiento sobre el individuo, la familia, diferentes
colectivos, la sociedad en general…
3.
Para concluir y dar una frase de esperanza, creo que este “comportamiento” es
una excepción de una excepción humana, hasta dónde me indican los datos que
conozco. En segundo lugar, si este comportamiento se produce en algún individuo
de su entorno familiar, pues tiene usted un sistema de salud que funciona
bastante bien, consulte con diversos especialistas.
©
jmm caminero (21 enero-09 febrero 2016 cr).
Fin
artículo 460º: “Adultos vestidos de bebé”.
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