A
veces, juzgamos temerariamente a otras personas, y caemos en ese error, otras
veces, no señalamos los errores morales de otra persona, y hacemos que otros
caigan en las garras de esa persona con ese vicio más fácilmente.
Hay
que ser consciente que una idea equis, es verdadera o lo es menos, que un acto
zeta es más o menos moralmente correcto, porque de lo contrario tú podrías caer
más fácilmente en el error teórico y en el error moral práctico. Pero saber la
responsabilidad de cada persona es otra cosa.
No
juzgar, no quiere decir que no seas conscientes de los errores conceptuales o
morales de otra persona, porque si no eres conscientes, sería como llamar al
bien que es un mal, y al mal que es un bien. Lo que no sabes es su grado de
responsabilidad, libertad, conocimiento, culpa…
No
juzgar, no quiere decir no observar y no darse cuenta, de los errores de las
otras personas, ni de si mismos. No juzgar no quiere decir, no ser conscientes
que unos actos son malos y otros buenos en sí, porque juzgar es juzgar a una
persona, y otra cosa es saber su responsabilidad, etc.
Es
triste asistir al espectáculo, que la persona que seriamente intentar
perfeccionarse en el conocer sobre la realidad en verdad, y en obrar sobre la
realidad, con verdadera moralidad. Sea tenido muchas veces, como peor persona,
a veces, silenciada, marginada, callada…
Existen
errores de conocimiento o sobre la realidad, lo que denominamos verdad. Es
decir, ante un tema o cuestión equis, pueden existir diez opciones o soluciones
posibles o hipótesis, pero no todas son igualmente verdaderas y bondadosas y
útiles y racionales y demostrables.
No
te alegres de los errores morales o conceptuales del otro, para tu sentirte
mejor. Sino siente, con moderación los errores del otro, porque sus errores,
posiblemente no solo tengan consecuencias sobre él y su familia, sino a la
larga, en mayor o menor medida sobre la sociedad.
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