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sábado, 10 de febrero de 2024

Artículo Periodístico 582º: “El mal menor, el bien mayor”.

                         Artículo Periodístico 582º: “El mal menor, el bien mayor”[1].

                        0. ¿Ante la situación que está pasando la Península Ibérica cual es el bien mayor y cual el mal menor? ¿Dónde está el sentido común, la prudencia, el sentido de Estado, lo correcto o lo adecuado aunque no sea lo perfecto? ¿Cómo hacer posible la gobernabilidad, un gobierno que pueda sustentar al Estado democrático, un Gobierno eficiente y eficaz en la barahúnda política, económica, social, moral en la que estamos insertos…?

                        1. Siguiendo el adagio antiguo, en alguna de sus formulaciones, “lo supuestamente ideal no está en consonancia muchas veces con lo conveniente y prudencia real”.              

                        - A día de hoy, no sé dentro de diez días, no sé dentro de un mes, parece que lo más prudente y lo más racional, es intentar “que la Península Ibérica” se estabilice a nivel de Gobierno y a nivel de Estado, porque si no lo hace los indiscernibles, los imponderables, las incertidumbres y las consecuencias en un futuro a medio y corto y largo plazo pueden ser trágicas.

                        - Sin exageraciones y sin tragedias, pero no debemos olvidar, que en la Piel de Toro, casi siempre hemos acabado como el famoso cuadro de Goya, “Duelo a garrotazos”. No podemos olvidar, ni obviar que en el siglo diecinueve tuvimos tres guerras civiles, que se denominaron carlistas, y en el siglo veinte, la cruenta y cruel, denominada guerra civil. Aproximadamente en ciento veinticinco años, cuatro guerras civiles. Que yo sepan no hay ningún país en Europa que haya soportado y pasado por esta realidad trágica y dramática tantas veces en tan poco tiempo. Repito guerras civiles, no guerras entre Estados.

                        - Nos han vendido el eslogan que fuera el bipartidismo. Y en la actual etapa democrática nunca ha existido bipartidismo puro, semejante a otros países de occidente, porque existían y existen cuatro o cinco partidos nacionalistas-regionalistas-secesionistas en mayor o menor grado, que complementan y, como se ha visto, casi siempre condicionan a ese supuesto bipartidismo.

                        Es obvio, y es evidente, que cuatro partidos a nivel nacional, más cuatro o cinco a nivel regional, es imposible para gobernar o gestionar un país, para crear gobiernos estables, estables al menos cuatro años, para hacer que el Estado sea estable. Más cuándo no existe unas “segundas vueltas” en sentido estricto, es decir, que vayan a ellas, solo tres partidos de todos los que se hayan presentado a la primera vuelta.

                        - Ante la situación de no existir dos vueltas en Iberia, se tomó la opción de “aprobar el sistema electoral vigente”, que claramente incentiva que se reduzcan las fuerzas políticas.

                        La cuestión es que es un clamor general cambiar el “sistema electoral”. No voy a decir a día de hoy, si se debe o no se debe. Y sobretodo qué transformaciones concretas. Porque si se va en dirección de hacer imposible dos o tres partidos nacionales sino cuatro o cinco, entonces me temo que la gobernabilidad del Estado y del Gobierno va a ser casi imposible. Cosa que es obvio y evidente que se está viendo en estos últimos meses.

                        - Por consecuencia, se tendrán que realizar los cambios que se deban hacer, pero que la prudencia y la racionalidad dispongan. Si queremos transformar los próximos años y lustros, en una situación como la actual, es decir una situación de ingobernabilidad, entonces “el mejor sistema es cambiar el sistema electoral, ya que no se va a aprobar unas segundas vueltas restringidas”, para esta situación. Por tanto, sería no solo una insensatez, sino una locura colectiva, una locura política, un suicidio colectivo. Lo lamento decirlo tan claro y tan alto y tan duro…

                        Ninguna sociedad, ningún país, ningún Estado puede soportar estar cada tres o cuatro años en una situación como la que estamos pasando y sucediendo, sin Gobierno y sin casi gobierno. No olvidemos lo que se decía durante lustros, una de las razones del fracaso de la Segunda República es que existían demasiados partidos en el Parlamento. No volvamos a cometer el mismo error.

                        2. A día de hoy, ante la actual situación (nacional, mundial, del mediterráneo) en los distintos vectores y parámetros y variables… parece que lo más racional, lo menos malo, el mayor bien es que, aunque en este medio, desde hace meses yo he escrito “un gobierno nacional de consenso y de mutuo acuerdo de distintos partidos”, parece que a día de hoy, lo mejor es lo siguiente:

                        - Que a la derecha moderada, la izquierda moderada la deje gobernar, aunque realicen pactos para grandes cuestiones, grandes leyes a y en todos los sentidos… Hay distintas posibilidades.

                        Que por otro lado la derecha moderada estabilice el país, lo enderece, si no hacia el mejor de los mundos posibles de Leibniz, si hacia una sociedad y un Estado con el menor mal posible. Fundamente la economía, en la medida de lo posible, porque al final, quién crea empleo es la sociedad civil (esa interacción entre empresarios, empleados, sindicatos, gobierno, etc.), que en la medida de lo posible reduzca el déficit público, en la medida de lo prudente enderece la deuda nacional, en la medida de lo posible siga los veredictos del Gobierno Europeo, no olvidemos que estamos en Europa, para lo bueno y lo menos bueno, encauce por consenso el problema constitucional, y otras diversidad de problemas graves y menos graves…

                        De tal modo, “que en términos reales”, posiblemente la derecha moderada acabe quemada dentro de tres o cuatro años…

                        - Mientras tanto la izquierda moderada, haga una oposición leal y legal y prudente, de tal modo, que al cabo de tres o cuatro años, “recoja o pueda recoger el testigo” del Gobierno. Y continúe gobernando si es posible, con los parámetros y circunstancias que sean presentes en ese momento… pero para esto la izquierda moderada, como bien mayor, como mal menor, debe dejar que gobierne, pero que gobierne la derecha moderada, sin negar pactos concretos en multitud de temas o cuestiones, sean de Gobierno, con más razón de Estado.

                        De este modo, se consiguen esencialmente dos fines, la “derecha moderada”, puede gobernar de forma fehaciente y eficiente, para intentar solventar multitud de problemas de todo tipo en los que estamos insertos, sin negar la colaboración del resto de fuerzas políticas y sociales. En segundo lugar, la izquierda moderada, se recupera o se le deja tiempo para recuperar, colabora en la medida de lo posible, pero no se “quema en el intento”. Y así de ese modo, “no cae, ni en brazos, ni de unos, ni de otros”. Y así puede que se abra un “pequeño horizonte de esperanza” a corto y medio plazo para la Península Ibérica, y quienes la habitan… Y también se abra una esperanza para la izquierda moderada…

                        - Hay que pensar más en el futuro de los nietos y biznietos, y no pensar en los sufrimientos y traumas que los abuelos-bisabuelos nos han transmitido. Si no aprendemos esta lección, estaremos condenados a repetir los errores del pasado…En estas décadas, lo hemos visto, en una generación, un país se pone en primera fila, o en una generación, un país se pone en segunda fila…

                        - Otro día deberíamos hablar de la supuesta hipótesis “del Estado contra el Estado” en Celtiberia, o del concepto “del golpe de Estado a plazos”, que nos indicó el señor Guerra. Conceptos, ambos que deben no olvidarse. A eso hay que añadirle o dentro de ello, “el problema de la secesión, en definitiva, a medio plazo convertir la Península Ibérica en cuatro o cinco Estados”, y a ese problema, se debe buscar el consenso entre toda la sociedad y estratos sociales y territorios, “y no caer en el peligro de enfrentamiento entre clases sociales, que parece que algunos desean”.

                        3. Para concluir, no debemos olvidar, que en un mar o contexto de enorme crisis económica, pero no solo económica, no se puede aprovechar dicha crisis, “para crear una crisis institucional, política, constitucional”, con consecuencias impredecibles a corto y medio plazo, para todos los habitantes de Iberia. Hoy, parece que hay sectores de la sociedad, que “están jugando a aprendices de brujo”, hay sectores de la sociedad que están llevando a la sociedad-país-Estado a la bancarrota, al abismo, al autosuicidio. Hoy, parece que una parte de la población, del país, de la sociedad, por diferentes causas, por una enorme crisis económica, por enormes problemas personales y familiares, se está llevando a la sociedad y al país y al Estado, no a una solución racional y razonable y prudente, sino a ponerlo en una especie de autosuicidio colectivo, al borde del abismo. Paz(n)x. ¿Cuál es el mal menor dentro del bien mayor, cual es el bien mayor dentro del mal menor?

https://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm  © jmm caminero (28 junio-02 julio 2016 cr).

Fin artículo 582º: “El mal menor, el bien mayor”.

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[1] El Periodista Digital.com, 02 julio 2016. E y P.