796. ¿Qué pinta un modesto pensador y filósofo en un...?

796. Racionalidad e irracionalidad.

                        Estoy cansado de soportar tanta irracionalidad, en ideas y en conductas, y encima piensan que es libertad.

                        Se me castiga de muchas maneras, sobretodo con la ignorancia y la invisibilidad, porque no reniego de Dios, del Buen Dios. Pero los mismos que me cierran todas las puertas, por no ser ateo o agnóstico como intelectual, los mismos se les llena la boca de la libertad de pensamiento.

                        Siempre he creído que el mayor grado de verdad-bondad-belleza-racionalidad, nos abría el presente y el futuro. Siempre he creído que nada, ni nadie como el Buen Dios…

                        No sé nada, pero lo que si sé, es que jamás, yo mismo quiero envolverme en mis palabras, ni engañarme con ellos, ni mentir con y en ellas. Ni a usted tampoco. Bastante tengo con soportar la realidad, para que después adrede se me achaque que miento o engaño…

                        Sé que he perdido, en muchos juegos de la vida. Pero creo que en eso, soy como usted. Todos llevamos las pérdidas, pero nos acordamos menos de las victorias y las ganancias. Nos dan envidias otras vidas, pero de nosotros también otros sentirán envidia y envidias, buenas o malas.

                        Ofrezco mi vaso de agua en el recipiente que tengo. Si a usted no le gusta, al menos, merezco el respeto de haber intentado ofrecerle agua, en un recipiente. No me critique tanto. Si usted es muy sabio y muy santo, y yo soy un ignorante equivocado y un pecador…

                        Comprendo y entiendo que hay tantos reinterpretadores, autores de todas las artes y todos los saberes, que nunca podré leer alguna de sus obras. Por eso, no me extraña que casi nadie lea las mías. Pero lo que me preocupa es que se pierda este enorme esfuerzo intelectual.

                        Pensar, es, sin darte cuenta, pensar-observar-analizar-reflexionar, es irte metiéndote en un camino de soledad y de silencio. De caminar más solo de lo que desearías y deseabas. Pero unas preguntas te llevan a otras preguntas, unos datos a otros. Y te metes en el laberinto del concepto.

                        Te llenas de conceptos e ideas, datos y preguntas, e interpretaciones. Y sin darte cuenta, te vas haciendo diferente a los demás, a casi todos los demás. Es decir, te vas llenando de soledad. Triunfen tus ideas o no, tus poemas o no, tus pinturas o no. Te vas envolviendo en soledad.