Hoy,
en el arte el estilo apenas importan, sino lo que interesa de verdad es que
tenga ese autor plástico marchante, y la calidad e influencia de éste, y los
años o décadas que esté con ese artista plástico. Los demás que no tienen
marchante sus obras están condenadas al olvido…
En
un tiempo que tanto arte, en todos los géneros antirreligioso existe, y
especialmente anticristiano, y casi todo el arte ha olvidado lo religioso y el
cristianismo. El cristianismo en la medida de lo posible debería incentivar el
arte cristiano, litúrgico y no litúrgico.
Si
el cristianismo quiere tener un beato de Liébana del siglo veintiuno dentro de
cinco siglos, tendrá en la medida de lo posible, aceptar en donación las obras
o libros de artista que les ofrezcan gratuitamente, y empezar a conservar y
guardar, para ver que sucede mañana.
Ciertamente
es mejor intentar crear una novela, que tomarse cien cubatas, pero al final, la
mayoría de las obras culturales, se pierden, al menos con el actual sistema de
creación y conservación cultural existente.
En
los campos de la cultura, crean mucha fama y mucha notoriedad social, muchas dádivas
a un uno por mil de los que se dedican a ello. A unos cuantos, los demás les
espera el fracaso. Sea en pintura, en filosofía de creación, en literatura,
etc. ¿Te engañas y te engañan?
Muchas
personas con todo lo que saben de literatura o filosofía o teología o arte,
supiesen la mitad de lo que saben de esos campos, lo supiesen de medicina,
dirección de empresas, economía, o en derecho habrían triunfado en la vida, y
sabiendo tanto de lo primero, solo han fracasado.
Me
pregunto si tanta cultura, tantos libros, tanto arte, tanta filosofía, tanta
teología, tanto de toda la cultura, especialmente no popular, sino académica,
me pregunto si tanta cultura es tan buena para el sujeto que la sufre. Otra
cosa es un oficio o profesión, pero tanta cultura…
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