Si analizamos el siglo
veinte, existe un mínimo común, de sociedades y grupos, ante un temor, se opone
otro temor, ante una no-democracia otra no-democracia. Pongan ustedes nombre,
en medio, la mayoría que no quieren ni una cosa, ni otra, pero ante el temor de
una no-democracia, prefieren otra no-democracia de signo contrario, aunque
ambas tengan muchos puntos en común. Pero esto nadie quiere analizarlo, no
aceptarlo, sino al menos pensarlo.
El amor y el desamor la
historia permanente de los humanos.
A veces, pienso que la
buena moral y ética, es no poner a los demás y no ponerse a si mismo en una
situación límite, en que las alternativas, ninguna sea buena, ni verdadera…
La historia ha mostrado
y demostrado que los intelectuales o pensadores o filósofos de verdad, siempre
son necesarios para la historia y siempre les sobran a los poderes de la
historia. Por lo cual, qué tienen que hacer esas personas que sobre ellos
recaiga esos alegres o tristes honores.
Siempre he intentado y
creído que se puede hacer alta filosofía, alto pensamiento con las palabras
sencillas y simples, o al menos, con un lenguaje inteligible para la inmensa
mayoría. Eso es lo que siempre he hecho, y esto que a muchos se le valora como
gran estilo, en mi caso y para mi caso, no es un valor sino un contravalor,
según parece ser los contertulios.
España necesita
filosofía, y filosofía que pueda entender todo el mundo, y filosofía profunda y
esencial y accidental. Es decir, necesita que los acontecimientos se vean a la
luz de la gran filosofía. Necesita que se cree una filosofía que podamos
entender y comprender racional y prudente y moral…
Mucho de las acciones y
reacciones sociopolíticas que están pasando en España, son fácilmente
entendibles con la metodología marxiana, pero ya a Marx se ha olvidado, y por
tanto, no se entiende, lo que se comprende. El método de acción y reacción está
funcionando perfectamente, por parte de unos y de otros, de otros y de unos.
Pero esto nos puede llevar a un callejón sin salida, esto es lo que olvidan
todos, los que conocen el método y los que no.
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