El gravísimo problema es
que demasiados seres humanos tratan mejor a sus mascotas, que a otros seres
humanos, no a todos, pero si a algunos. No a todos, porque todo el mundo
necesita sentirse querido y amado, por tanto, no puedes tratar a todos mal,
pero si a unos cuantos, o un colectivo, o unos nombres con razón o sin ello. Muchos, necesitan buscarse un
grupo de enemigos y adversarios, para equilibrar su yo profundo, y el resto no…
El símbolo mayor del
mal, a mi modo de ver, se dio, aunque sea un caso radical, cuando tantos
guardianes, de campos de exterminio por la mañana realizaban ese trabajo, y por
la tarde, jugaban con sus hijos, oían música clásica, jugaban con sus perros y
mascotas, y al atardecer iban a fiestas sociales… Me parece, que esta realidad,
que sucedió, puede ser el símbolo del mal radical, del mal humano radical.
Porque, incluso admitiendo, que hubiese personas, que hubiesen caído en esa
situación, y no quisiesen realizar esa función, o tenían que hacerlo, para no
ser enviados al frente oriental, pero al menos, aunque intentasen normativizar
sus vidas, no podrían estar contentos…
La moral correcta es en
la mayoría de casos no crear problemas innecesarios y justificados a uno mismo
y a los demás.
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