Cualquier
mal lleva una dosis de afecto unido a una idea, y casi todo mal, se siente con
pasión o deseo o concepto o necesidad, y a veces, muy difícil de reprimir. Aprender
a autocontrolarse de forma correcta es de lo más difícil de al existencia…
¿Por qué soy un
escritor-pensador-filósofo-autor plástico fracasado? ¿Por qué he fracasado en
la creación e investigación cultural en esos campos, para mí muy
interrelacionados entre sí…?
Muchas veces he pensado
en la autoedición en una empresa, de tantas como existen, pero siempre me he
echado atrás. Qué sentido tiene. Ya está Internet. Por otro lado, no es lo
mismo la autoedición que yo realizo, con otros fines y modos. Es como estar
pidiendo siempre a los demás, “leedme a mí, queredme a mí”. En cierto modo, me
pregunto, si no es una humillación. Bastante tiene cada persona, con su vida,
para perder algunos días y horas leyéndome lo que yo he escrito, si todavía no
han leído a los grandes…
Para escribir bien, hay
que hablar de muchas o de algunas personas, aunque sea de forma camuflada, y
cambiando algunos aspectos. Pero yo, yo raramente hablo de nadie. Solo de
características e ideas y preguntas. Que pueden afectar a muchas personas o a
pocas…
Me pregunto, a mi edad
ya, si he perdido mis posibilidades reales, por dedicarme tanto a mundo de la
cultura y de la creación e investigación cultural, desde varias ramas. Me
pregunto, si he perdido mis posibilidades de desarrollo en otras facetas…
¡Aunque, quizás, esa actividad me ha permitido vivir y sobrevivir en la vida,
aunque no haya obtenido ningún reconocimiento cultural, ni académico, ni económico,
y posiblemente, gran parte de lo realizado se haya perdido ya…!
Por qué debo pensar, que
alguien está obligado a leer mis libros o contemplar mis pinturas, por qué…
Nadie tiene la obligación, más existiendo tantos millones de libros diferentes,
tantos millones de obras de arte. Cientos de millones de productos culturales
en todas las artes, de todas las culturas y tiempos…
He sido un ingenuo,
pensar que podría ser considerado como un gran escritor o un gran pintor o un
gran pensador, o al menos mediano, o últimamente, uno más entre las docenas o
cientos de millares. Pero no ha sido así. Cierto es mejor escribir libros malos
y cuadros malos, buenos o malos que nadie valore, que se dedique a tantos
actividades negativas, hábitos negativos o vicios. Ponga usted los casos…
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