Sin
autocontrolar los propios impulsos de poder político no se puede ir a ningún
sitio. Además es muy peligroso.
La
política emborracha. El poder emborracha. El pensar que se puede alcanzar el
máximo poder emborracha aún más.
No
sé lo que es el mundo, menos aún sé gobernarlo. Pero usted sin experiencia
previa, cree que puede gobernar a dos o treinta millones de personas.
Todo
es un equilibrio entre el poder político, el poder económico, el poder del
pueblo. Cuando hay equilibrio hay paz y riqueza. Cuando no, pues conflictos.
Si
queremos combatir la lacra del desempleo y lo que acarrea, digo yo, que habrá
que preguntar a los que crean empresas que piensan y sienten.
No
creo que hoy se pueda gobernar sin tener en cuenta el mundo empresarial. Nos
guste o disguste. Le guste a usted o no.
A
ver si en nombre de una o cinco injusticias, al final, vamos a establecer
quince o treinta.
El
liberalismo capitalista es un sistema con muchos errores, pero al dejar
libertad en muchos campos puede evolucionar. Otros sistemas no.
Doscientos
años de intentos de imponer un sistema sociopolítico no ha tenido éxito en
ningún lugar del mundo, y ahora queremos aplicarlo otra vez.
China
es la segunda potencia mundial, cuando se dio cuenta, que además de tener su
ideología comunista, la economía tenía que ser liberal.