Contradicciones
éticas y morales.
Demasiadas
veces, no somos conscientes que vivimos y pensamos y existimos en una
contrariedad, contradicción, paradoja, sofisma ético y moral.
Por
un lado, defendemos una moral y una ética más libre o en mayor libertad, o de
contenidos y en formas más laxa, más tolerante, etc.
Por
otro lado, queremos que en determinados temas o comportamientos, se siga una
moral seria y profunda y estricta y concreta.
Pero
ambas cosas, en muchos sentidos se contradicen… Si, a los seres humanos, no se
le enseña, y no aprenden una moral-ética correcta, en la teoría y en la
práctica, es muy difícil que después, en multitud de temas, y conceptos, lleve
una moral y ética adecuada.
Hay
que enseñar y aprender una ética y moral filosófica adecuada y lo más verdadera
posible. Si es posible, una moral y ética religiosa o espiritual, lo más
adecuada posible.
Y
ya habiendo aprendido y practicado ambas realidades, se debe abordar la
aplicación, en multitud de campos y temas, que constituyen hoy enormes
problemas, lacras sociales incluso… intentar evitar el alcoholismo, la lujuria,
la violencia de género, y todos los males, cientos que existen en la sociedad y
en el mundo, y que la inmensa mayoría de personas quieren resolver y solventar,
todas las personas de buena voluntad y de correcta sensibilidad psicomoral…
Reflexionen
sobre este punto, porque es esencial, si de verdad, queremos que desaparezcan o
disminuyan lo más posible, multitud de errores psicomorales y psicoéticos y
psicológicos en cuanto al comportamiento que los seres humanos tenemos. Cierto
que unos seres humanos caemos en unos errores y otros, otros en otros. Pero
entre todos, tú cayendo en uno, yo en otro, el vecino en otro, hacemos un mundo
peor, pudiendo ser mejor… unos, unos caemos en la violencia, otros en la
lujuria, aquellos en la gula, envidia, vanidad, soberbia, etc.