Artículo Periodístico 509º: “Prepararse a bien morir”[1].
0.
Hay temas que son muy difíciles de tratar, pero es mi pequeña responsabilidad
como escritor y como escritor de artículos tratar multitud de temas, que
incluso personalmente no me gustan. Uno de ellos, es la universalidad de la
muerte, al menos hasta ahora, a todo individuo de toda especie viva existente,
animal o vegetal… Por consecuencia, parece que debemos reflexionar sobre el
morir, la muerte, la buena muerte, el buen morir.
1.
Diríamos que han existido dos épocas culturales en este tema, durante siglos o
milenios, el bien morir, era prepararse para intentar ir al Lado Bueno de la
Eternidad, es decir, al Paraíso, y en una segunda etapa o época, que es la que
vivimos, es intentar morir sin sufrimientos, sin desesperación, sin grandes
angustias y penas… Quizás, deberíamos pensar en intentar integrar ese doble objetivo, en la medida de lo
posible reconciliarte contigo mismo y si crees que existe el Ser Supremo
armonizarte con el Ser Supremo y con los hombres, próximos y lejanos, y por
tanto, ir con una actitud y aptitud de bondad hacia el Futuro después de este
presente-futuro, y al mismo tiempo con los desarrollos biomédicos actuales, no
sufrir lo innecesario. No estamos aquí hablando de adelantar el viaje, sino de
la preparación hacia el bien morir…
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Por tanto, tendríamos que analizar que al menos a una determinada edad, no sé
cual, digamos cincuenta o sesenta años, como casi toda la sociedad del barroco
en Hispania, sabían que la muerte estaba cerca, podría tardar un año o diez o
veinte, pero que ya había que empezar a enderezar los negocios, tanto de la
tierra, tanto los del Cielo en la tierra… Por lo cual, había que hacer una
especie de confesión general, arrepentimiento, y en la medida de lo posible
subsanar los errores cometidos. Y poner todas las cosas de la tierra en orden,
rellenar los papeles de forma adecuada para herederos y los que sobrevivan…
Pero
quizás esta aptitud y actitudes en las cuales se combinaba lo terreno y
terráqueo con lo sobrenatural y lo metafísico es una aptitud y actitud que de
alguna forma se ha perdido en una parte importante de la población…
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Quizás, la mejor preparación para el bien morir y la buena muerte, es haber
vivido una buena vida y un buen vivir. Cada uno en su situación,
circunstancias, estado de vida haber llevado y cumplido con los deberes y
derechos legales y morales que a cada uno le corresponden. Y desde ese ahí,
esperar la muerte, nunca adelantarla, pero no adelantarla de ningún modo, ni de
forma material y eficiente, pero tampoco adelantarla indirectamente con malas
costumbres, malos hábitos, malos hechos, malas pasiones…
De
ese modo si se lleva un buen vivir adecuado en todos los parámetros y baremos y
vectores de la realidad… entonces morirás con más tranquilidad, porque habrás
vivido con más sosiego y tranquilidad. No hay que marcharse a ninguna isla
especial, ni aceptar ninguna ideología o filosofía especial, sino el vivir
cotidiano normal, que un nivel ético y moral suficiente, cada uno según sus
circunstancias, profesión, estado de vida, etc. Si has llevado una vida buena
moralmente y digna y honesta, si existe un Ser Superior y una Eternidad Superior,
no debes temer, si no existe nada de Nada después, pues habrás vivido en esta
existencia de forma correcta y adecuada… no habrás dejado mucha negrura en esta
existencia, para los demás y los descendientes, sean directos o indirectos, es
decir, de tu sangre o del resto de la sociedad-humanidad…
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En las filosofías-ideologías-metafísicas-religiones orientales, védicas y
budistas y jaimistas, como existe la metempsicosis-transmigración, entonces la
muerte es un paso más, porque creen que se reencarnarán en otro ser vivo. Pero
en las filosofías-ideologías occidentales con la muerte termina la vida del
individuo en esta tierra, jamás volverá a esta tierra, y después se abren dos
posibilidades, con todos los matices que se quieran, los que creen que existe
Otro Mundo, y en ese Mundo hay dos Lados, uno Bueno y otro Malo, y los que
creen que no existe Otro Mundo…
Por
consecuencia en la concepción occidental, la muerte es más muerte, que en la
concepción oriental que la muerte es un paso a otra forma de vivir y existir,
en un ciclo que puede durar miles o docenas de miles de años…
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Como consuelo, siguiendo el argumento de Unamuno, de algún modo los hijos son
los que nos eternizan de alguna manera, los que nos dan la eternidad en este
mundo…
Es obvio que no todo el mundo
tiene hijos o hijas, pero si todo el mundo durante su vida, larga o corta ha
dejado muchos actos, muchas acciones, muchos deseos, muchas palabras, muchas
emociones, muchos sentimientos… De alguna manera o forma, esas acciones y esos
actos, de distintos modos y maneras perduran en el resto de los seres humanos,
aunque sea livianamente, quizás otras veces, no tan livianamente. Se podrían
poner ejemplos, pero piénselo ustedes, “quizás un buen gesto o una buena
palabra tenga más y mejores consecuencias de las que pensamos…”.
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No nos engañemos, la inmensa mayoría de la población, incluso definiéndose atea
o agnóstica, en los últimos meses o semanas de existencia, si son conscientes
de ello, se acercan al misterio de la eternidad, y reclaman y piden que se
acerque alguna persona de algún rango eclesiástico según la religión a la que
pertenezca…
No
podemos decir que todo sea temor o miedo, o que todo sea jugar a los dos naipes
de la baraja, o solo sea la solución Pascal-Unamuno sobre Dios y la eternidad y
la moralidad, sino que quizás de alguna manera, en esas semanas últimas, quizás
veamos nuestra vida y la existencia en general con más claridad…, sin negar el
temor, sin negar el jugar a bolas blancas y bolas azules, sin negar otras realidades
personales y generales a todos los individuos…
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La muerte en cierto modo se oculta en la sociedad actual. Ese es el mito o
frase o idea general. No estoy tan de acuerdo, lo que sucede es que hace unas
décadas cada familia tenía más de cinco hijos y era fácil, que en el
transcurrir de la existencia algún hijo o hija falleciese en la juventud o
niñez. Por tanto, la muerte estaba más cercana, igual que la decrepitud, ya que
abuelos convivían con las generaciones más jóvenes…
Por
un lado, a veces, se da una especie de antagonismo o una paradoja o una
contradicción, se teme en excesivo a la muerte, pero por otro lado, se hacen
actividades que dicho de forma suave, llaman a la muerte. Pondremos un ejemplo,
cuántas personas no llevan el cinturón de seguridad en los vehículos, es decir,
un motivo claro para evitar accidentes mortales o que crean enfermedades
crónicas…
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Por otro lado, como diría Espartaco en su famosa película, “para un esclavo es
más difícil vivir que morir…”. De alguna manera esta idea también es real, la
vida para millones de personas es muy compleja, por decirlo de una forma
abstracta y suave y general, la vida-existencia humana es o la hacemos entre
todos demasiada compleja, quizás por un lado, por las razones de libertad y
libre voluntad que tenemos, quizás debido por otro lado, a todos los resortes
de la naturaleza natural y naturaleza social que no somos capaces de controlar,
conocer y que por tanto nos superan, desde un seísmo a una epidemia, a una
crisis económica, a un conflicto armado, a un volcán, etc.
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Como todo tema o cuestión de enorme importancia para el ser humano, y la muerte
es uno de ellos, yo le daría dos ideas o sugerencias o consejos, no adelante
voluntariamente, por ningún motivo su propia muerte, en segundo lugar, viva de
forma digna y honesta, y si es posible, de forma moral y ética correcta y
adecuada. Y creo que si sigue estas dos máximas, que no me las he inventado y
descubierto yo, sino que vienen desde los griegos, los antiguos imperios
mediterráneos, pasando por la edad media, se habrá evitado muchos problemas a
usted mismo, y habrá evitado muchos problemas a los demás. Aunque usted no sea
consciente de ello. Siga y recuerde el refrán “el que no vale cuánto enreda”,
es decir, la personas bondadosa evita muchos problemas, y la persona no
bondadosa crea muchos problemas y angustias y penas en los demás…
3.
Para concluir yo plantearía que quizás hay que vivir mejor, para morir mejor,
es decir, vivir mejor moral y éticamente, para de ese modo morir mejor moral y
éticamente… ¿O no, o sí…? Siempre, en otros tiempos, se hacía la siguiente
pregunta, en las tandas de ejercicios morales y espirituales… ¿Si usted supiese
que iba a morir esta tarde que haría o cómo viviría estas horas…? ¿Y si supiese
que iba a morir dentro de diez o treinta días…? ¿La vida es una larga carrera
con una meta no evidente? ¿O “la vida es una mala noche en una mala posada”,
decía Teresa de Ahumada o Teresa de Jesús, cómo ustedes quieran denominarla?
Twitter.com/jmmcaminero
© jmm caminero (15-26 marzo 2016 cr).
Fin
artículo 509º: “Prepararse a bien morir”.
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[1]
Env. y publ. 26 marzo
Env.
26 marzo 2016 al Euromundo Global.com. Publ. domingo 27 marzo 2016.
Env.
y publ. 26 marzo 2016 el Tambor Revista de la Gomera.es.