923. - 08 septiembre 2021 Cr.
- Quizás, el
catolicismo, salvo excepción muy excepcional no debería nombrar obispos a personas
menores de cincuenta años. Pienso que se evitarían muchos problemas.
- ¡Señor, oh Dios,
santísima Trinidad, que ame lo que Tú desees que ame, que busque lo que Tú
desees que busque, que investigue lo que Tú deseas que investigue, que escriba
lo que Tú deseas que escribe, que sueñe lo que tú desees que escriba, que,
según mis circunstancias y mi estado de vida, haga lo que Tú desees que haga,
así podré vivir en este mundo sin olvidarte y sin abandonarte, quizás
exteriormente no realice nada o casi nada fuera de lo normal, pero Tú, Tú
estarás contentillo conmigo…!
- Las redes sociales,
como twitter y otras, deberían dejar los escritos y documentos más tiempo, y en
más cantidad, no tener un límite tan pequeño, de unos meses o un año, y una
cantidad también limitada. Si pudiesen tener esta característica las redes
sociales, podrían ser utilizadas con otros fines, a medio plazo de tiempo, y no
solo a corto plazo de tiempo…
- Infravaloramos la
influencia negativa, que tiene la pereza-acidia, en la sociedad y en los
individuos. Puede que seamos conscientes del mal de la avaricia o de la lujuria
o de la envidia, pero no somos conscientes del mal que provoca la pereza. La
pereza que se puede mostrar por todos los niveles de la sociedad, y en
distintos ámbitos.
Hoy, los errores morales
graves o los pecados capitales, habría que analizarlos, no solo desde el punto
de vista de la moralidad-ética, ni desde el de la espiritualidad-religiosidad,
sino también desde los aspectos psicológicos.
De ahí, nacen y se
conforman hibridaciones-sinergias entre aspectos negativos morales prácticos,
teóricos éticos, psicológicos y espirituales. De ahí, la dificultad de superar
muchas veces, esos errores morales graves, primero, porque no somos conscientes
de ello y de ellos, segundo, porque siéndolo, es difícil, crear una teoría para
superarlo, es decir, una ascética teórica y práctica para superarlo.
Es cierto, que por lo
general, nadie o casi nadie, cae en todos los errores morales como hábito o
vicio o desvirtudes o errores morales graves o pecados capitales. Cada uno,
arrastramos uno o dos o tres. Es decir, todos vamos bien servidos. Tú caes en
la lujuria, yo en la avaricia, el vecino en la soberbia, etc.