Tengo
que aceptar mi realidad más profunda, siempre he sido un pensador, haya sido
mediocre o menos mediocre, que ha utilizado el pensamiento, la palabra, la
idea, los datos, la pintura, la literatura y todo para pensar. Un pensador que
siempre ha estado buscando a Dios.
No
hay una elite mundial que quiera gobernar o dirigir el mundo, si existe, no
habrá una, sino al menos tres o cuatro o cinco, que intentan cada una regir el
mundo. Por tanto, si quieren un gobierno mundial, tendrían que ponerse de
acuerdo esas elites-grupos para gobernar el mundo.
¿Nunca
aceptarán los poderes reales, ni mi persona como pensador-escritor-pintor, ni
la obra producida, aunque sea de nivel bajo, porque cómo pueden explicar en una
etapa de tanto gasto social en cultura y educación, alguien sobreviva de un
oficio modesto de la letra D?
¿Nunca
aceptarán, los poderes culturales, que alguien, sea un pensador mediocre como
yo, pero un pensador en el fondo, alguien, de tal producción, aunque sea menos
que mediocre, que haya estado trabajando, gran parte de su vida en la letra D
en la función pública?
Solo
soy, siempre he sido un pensador. Seré un pensador mediocre, pero eso es lo que
esencialmente lo que he sido siempre, y eso es lo que tengo que aceptar, desde
mi adolescencia o antes, sin exagerar. Un pensador que he fracasado, pero un
fracasado, simplemente un pensador.
En
el fondo siempre he sido un observador y un rumiador de datos y de ideas, es
decir, un pensador. Y eso es lo que siempre he sido, ser o intentar ser un
librepensador, un pensador de ideas y palabras e imágenes y conceptos. Cuándo
pinto pienso, cuándo escribo pienso…
En
el trayecto final de la existencia de un individuo, le queden unos meses o
años, se pregunta qué será recordado de esa persona en las generaciones futuras
descendientes, qué es lo que él o ella recuerda de las generaciones anteriores…
No hay comentarios:
Publicar un comentario